Ya mi amigo me había dicho que partiríamos, debo admitir que
tengo miedo. Mi piel esta helada y apenas puedo ordenar mis pensamientos. Me
aferro a los recuerdos de mi familia, a esa pequeña caja de cartón donde solíamos
vivir, a un destino que todos conocíamos y temíamos. Ese fusil que había sido
mi compañero durante toda mi vida, ese que nunca quise conocer. La razón es
bastante simple, siempre pensé que el seria quien le daría fin a mi vida.
Hermanos que vuelan por los aires, olor a pólvora y sangre
que se dispersa con ayuda del viento. Mi conciencia se difumina,
sin embargo, está tranquila. Mi único propósito, no lo he cumplido. Ese destino
que rige la existencia de mis iguales, lo he eludido. Ese compañero que nunca
quise conocer, ese camino que nunca quise transitar, los he evadido. Mi
conciencia está limpia, por fin puedo descansar.
Kinafune
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